martes, 23 de junio de 2009

Nos visita Carlos Schlaen

El viernes 5 de junio a través del programa Escuelas lectoras recibimos en nuestra biblioteca al escritor Carlos Schlaen.
Los chicos de 4º a 7º grado le hicieron varias preguntas, entre ellas:
Si siempre quiso ser escritor o si había deseado tener otra profesión.
Si había tenido otros trabajos antes.
Si había estudiado en una escuela de arte.
A qué edad había empezado a escribir.
Si le gustaba compartir lo que escribía o si pedía ayuda para terminar una novela.
Si el comentario sobre la falta de salidas de emergencias en la discoteca Kascote que puede leerse en El caso del cantante de rock se había inspirado en Cromañon.
Así pudimos saber que Carlos Schlaen estudió economía y hasta los treinta años trabajó como economista. Mucho antes de comenzar a escribir se desempeñó como ilustrador de libros de otros autores. Entre ellos la colección Una Historia Argentina. Más tarde empezó a escribir. Fue la escritora Adela Basch quien después de leer uno de sus textos reconoció en él un talento para sostener la intriga y lo estimuló a orientarse hacia el género policial, que no casualmente es el que más frecuenta como lector.
Para escribir El caso del cantante de rock se inspiró, en parte, en una visita a una discoteca a donde llegó acompañando a su esposa que tenía que hacer una entrevista. La preocupación que expresa en el libro por las dificultades para evacuar el lugar ante un posible incendio fue anterior a la tragedia de Cromañon y casi premonitoria.Cuando los chicos le preguntaron si quería transmitirles un mensaje o dejarles un consejo respondió con gran sinceridad: Dijo que no le gusta dar consejos, que él fue a la escuela porque sus padres no le dejaron otra opción pero que no le gustaba, tampoco le entusiasmaba mucho leer durante su adolescencia. Nunca fue a una escuela de dibujo ni a un taller de escritura. Dijo que escribir es fácil, que todo el que quiera puede hacerlo, sólo hay que releer lo que se escribe y rescribirlo hasta que nos conforme. Muchas veces no escribe más un párrafo por día. No muestra su trabajo hasta que lo considera terminado. Pero cuando comienza, el plan del libro ya está completo en su cabeza, ya sabe cómo será el final y cuánto demorará en escribirlo.

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