martes, 23 de junio de 2009
Novedades
Hace más de tres mil años, un grupo de sacerdotes se conjuró para ocultarle un fabuloso secreto a un faraón de Egipto. La clave para descifrarlo, se decía, era un misterioso anillo de oro sobre el que pesaba la más terrible de las maldiciones. Nadie sabía de qué se trataba ni dónde había sido ocultado. Algunos afirmaban que los últimos en verlo fueron un general del ejército imperial y un intrigante cortesano durante un trágico enfrentamiento a orillas del Nilo. Lo cierto es que, desde entonces, no volvió a saberse nada de él... Hasta que un atardecer en Buenos Aires, una enigmática mujer apareció en la oficina de Jose con un antiguo anillo en su mano. La historia, lejos de concluir, estaba a punto de comenzar.
Una mañana Nico descubre que un extraño había pasado por su oficina.
Micaela, una amiga muy especial del joven abogado, lo llama esa misma noche para pedirle ayuda: también alguien había estado en su departamento. La clave de este fascinante caso sólo podrá descubrirse gracias a un ingenioso videojuego.
Pese a las impresionantes medidas de seguridad que protegen la mansión de un poderoso empresario, algo ha sido robado del cajón de su escritorio. Nadie se explica cómo pudo suceder, pero el desconcierto aumenta cuando la policía anuncia que el único sospechoso es un famoso futbolista. Nico es el abogado convocado para defenderlo. No será sencilla la tarea. Un pacto de silencio ha sellado los labios de los protagonistas de esta intriga en la que las amenazas de muerte a su cliente, los oscuros negocios del fútbol y el misterioso objeto desaparecido son apenas pistas aparentes que ocultan la verdadera trama de la historia.
Un extraño personaje le encarga a José, detective aficionada, que recupere un medallón. La empresa parece fácil pero, pronto, la protagonista se verá envuelta en las más complicadas aventuras contra una banda de narcotraficantes.
Nos visita Carlos Schlaen
El viernes 5 de junio a través del programa Escuelas lectoras recibimos en nuestra biblioteca al escritor Carlos Schlaen.
Los chicos de 4º a 7º grado le hicieron varias preguntas, entre ellas:
Si siempre quiso ser escritor o si había deseado tener otra profesión.
Si había tenido otros trabajos antes.
Si había estudiado en una escuela de arte.
A qué edad había empezado a escribir.
Si le gustaba compartir lo que escribía o si pedía ayuda para terminar una novela.
Si el comentario sobre la falta de salidas de emergencias en la discoteca Kascote que puede leerse en El caso del cantante de rock se había inspirado en Cromañon.
Así pudimos saber que Carlos Schlaen estudió economía y hasta los treinta años trabajó como economista. Mucho antes de comenzar a escribir se desempeñó como ilustrador de libros de otros autores. Entre ellos la colección Una Historia Argentina. Más tarde empezó a escribir. Fue la escritora Adela Basch quien después de leer uno de sus textos reconoció en él un talento para sostener la intriga y lo estimuló a orientarse hacia el género policial, que no casualmente es el que más frecuenta como lector.
Para escribir El caso del cantante de rock se inspiró, en parte, en una visita a una discoteca a donde llegó acompañando a su esposa que tenía que hacer una entrevista. La preocupación que expresa en el libro por las dificultades para evacuar el lugar ante un posible incendio fue anterior a la tragedia de Cromañon y casi premonitoria.Cuando los chicos le preguntaron si quería transmitirles un mensaje o dejarles un consejo respondió con gran sinceridad: Dijo que no le gusta dar consejos, que él fue a la escuela porque sus padres no le dejaron otra opción pero que no le gustaba, tampoco le entusiasmaba mucho leer durante su adolescencia. Nunca fue a una escuela de dibujo ni a un taller de escritura. Dijo que escribir es fácil, que todo el que quiera puede hacerlo, sólo hay que releer lo que se escribe y rescribirlo hasta que nos conforme. Muchas veces no escribe más un párrafo por día. No muestra su trabajo hasta que lo considera terminado. Pero cuando comienza, el plan del libro ya está completo en su cabeza, ya sabe cómo será el final y cuánto demorará en escribirlo.
Los chicos de 4º a 7º grado le hicieron varias preguntas, entre ellas:
Si siempre quiso ser escritor o si había deseado tener otra profesión.
Si había tenido otros trabajos antes.
Si había estudiado en una escuela de arte.
A qué edad había empezado a escribir.
Si le gustaba compartir lo que escribía o si pedía ayuda para terminar una novela.
Si el comentario sobre la falta de salidas de emergencias en la discoteca Kascote que puede leerse en El caso del cantante de rock se había inspirado en Cromañon.
Así pudimos saber que Carlos Schlaen estudió economía y hasta los treinta años trabajó como economista. Mucho antes de comenzar a escribir se desempeñó como ilustrador de libros de otros autores. Entre ellos la colección Una Historia Argentina. Más tarde empezó a escribir. Fue la escritora Adela Basch quien después de leer uno de sus textos reconoció en él un talento para sostener la intriga y lo estimuló a orientarse hacia el género policial, que no casualmente es el que más frecuenta como lector.
Para escribir El caso del cantante de rock se inspiró, en parte, en una visita a una discoteca a donde llegó acompañando a su esposa que tenía que hacer una entrevista. La preocupación que expresa en el libro por las dificultades para evacuar el lugar ante un posible incendio fue anterior a la tragedia de Cromañon y casi premonitoria.Cuando los chicos le preguntaron si quería transmitirles un mensaje o dejarles un consejo respondió con gran sinceridad: Dijo que no le gusta dar consejos, que él fue a la escuela porque sus padres no le dejaron otra opción pero que no le gustaba, tampoco le entusiasmaba mucho leer durante su adolescencia. Nunca fue a una escuela de dibujo ni a un taller de escritura. Dijo que escribir es fácil, que todo el que quiera puede hacerlo, sólo hay que releer lo que se escribe y rescribirlo hasta que nos conforme. Muchas veces no escribe más un párrafo por día. No muestra su trabajo hasta que lo considera terminado. Pero cuando comienza, el plan del libro ya está completo en su cabeza, ya sabe cómo será el final y cuánto demorará en escribirlo.
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