Ojos azules. María Elena Walsh, de niña. Las fotos recorren su vida./ Anonimo |
Por Guido Carelli Lynch Fueron amigas y sostuvieron un largo diálogo por correspondencia. Esas cartas se pueden ver en la exposición.
Dos mujeres de carácter, tres décadas de amistad y veinte años de cartas cruzadas. Eran tan distintas y, a la vez, tan parecidas. Una nació a fines del siglo XIX, la otra en 1930. La mayor provenía de una familia patricia, la segunda era hija de un ferroviario. Sus trayectorias abarcan y explican la cultura alta y popular de la Argentina del siglo XX. Como si una fuera el reflejo distorsionado de la otra y viceversa, las imágenes de María Elena Walsh y de Victoria Ocampo emergen en la muestra que abre hoy en Villa Ocampo: “ María Elena Walsh en la casa de Doña Disparate” .